Introducción a la antropología biológica. Origen, variabilidad y adaptación de las poblaciones humanas.
Autor: Javier Rosique Gracia. Editorial: Universidad de Antioquia (Medellín, Colombia). Primera edición 2021. 329 páginas.
Javier Rosique nos presenta en su libro Introducción a la antropología biológica. Origen, variabilidad y adaptación de las poblaciones humanas una disertación con enfoque didáctico basada en su larga experiencia como docente y en su formación académica como biólogo y antropólogo físico. Se trata de una obra que, como señala su autor, no es un tratado enciclopédico ni un manual al uso, y en la que lo largo de diez capítulos específicos, cada uno con su glosario y referencias bibliográficas, se quiere guiar a las personas que se inician en esta materia.
En los dos primeros capítulos el autor explica el concepto de antropología biológica como disciplina de síntesis y las diferencias y semejanzas con otras antropologías, su evolución temporal y espacial y sus distintos campos de estudio, a menudo variables según los autores, la geografía (por ejemplo Europa vs. América) y las tradiciones universitarias. Se hace un sucinto recorrido de la disciplina desde la Antigüedad clásica hasta la actualidad (siglos XX y XXI), y se incide de manera especial en su inicios en Latinoamérica, especialmente en Colombia, donde en las últimas décadas el Dr. Rosique ha desarrollado su actividad académica con posterioridad a su trayectoria investigadora en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
En el tercer capítulo el autor aborda el estudio de la variabilidad humana y su diversidad biológica (con especial mención al concepto de genoma humano) tanto a nivel genético como fenotípico y sus principales fuentes de variación (genéticas y ambientales), distinguiendo entre la variación intrapoblacional (dentro de los grupos o entre individuos) e interpoblacional (heterogeneidad o diversidad) y algunos de los procesos implicados en la diversidad genética humana como el aislamiento reproductor o los efectos de la migración y el mestizaje, con algunas referencias a los estudios de ancestría en Latinoamérica. Fruto de su formación investigadora, el autor da relevancia al estudio antropológico de la diversidad fenotípica humana, como expresión de la interacción entre los genes y el ambiente humano -que va más allá de la geografía y el clima- y se detiene por ejemplo en la simetría del cuerpo humano (incluida la facial) y en las posibles causas de las variaciones de algunos tipos de asimetrías y su posible significado evolutivo. El dimorfismo sexual de la especie humana es también objeto de este capítulo siempre en un marco evolutivo. Ligado en parte al anterior, en el cuarto capítulo se analiza el papel que ha jugado la antropometría (o medición científica del cuerpo humano como un todo y en sus distintas partes) en los estudios sobre la variabilidad morfológica y morfométrica humana y, por ende, en la construcción de la antropología biológica. Se describen de forma sistemática las principales dimensiones de medición directa en el cuerpo humano (alturas, diámetros, longitudes, perímetros, peso y pliegues cutáneos), y su combinación en forma de índices que permiten evaluar el tamaño, la forma y la composición del cuerpo. Se incide asimismo en el estudio del cráneo humano (material de suma relevancia en los estudios evolutivos) y de sus principales características anatómico-morfológicas y métricas (craneometría).
El capítulo quinto de este libro es fundamental para todos aquellos que quieran familiarizarse con la antropología biológica y lleva como epígrafe El cambio evolutivo. El autor ha sabido tratar con precisión conceptos propios de la genética de poblaciones tales como el de “población biológica”, -no sólo en el sentido genético tradicional/ mendeliano, sino con criterios ecológicos-, los de “constitución genética” (concepto cualitativo) y “estructura genética” (cuantitativo), o lo que significan los “marcadores genéticos”. Además, ha descrito los diferentes procesos de cambio evolutivo: i) mutación, ii) migración y flujo génico, iii) selección natural y iv) deriva genética, aportando ejemplos que ilustran a todos ellos y deteniéndose en algunos casos particulares de la población colombiana (es muy ilustrativo el caso de la malaria en Colombia como ejemplo de ventaja del heterocigoto o del efecto fundador en Ecuador y Brasil en familias descendientes de españoles que padecen el síndrome de Laron).
Un sugerente título (Sabios en la naturaleza…) inicia el sexto capítulo, dedicado a los primates humanos y no humanos. Dicho capítulo se inicia con un interesante apartado sobre el concepto de naturaleza humana (en palabras del autor “…suponer que existen cualidades que nos hacen ser específicamente humanos…”), y sobre la teoría de la mente, es decir, la capacidad de los seres inteligentes de reconocer sus propios estados mentales y los de los demás y poder percibir, reflexionar y prever el comportamiento propio y ajeno. Como se pregunta Javier Rosique: ¿es esta cualidad exclusiva de nuestra especie? El texto continúa con una descripción somera de las características más relevantes de los primates respecto a otros seres vivos (caracteres derivados del ancestro común y que comparte todos ellos en diferentes grados), así como su distribución geográfica actual, la taxonomía del orden (que el autor ha considerado en función de la sistemática tradicional: suborden Prosimii y suborden Anthropoidea, aunque citando también la clasificación de la escuela cladista, Strepsirrhini vs. Haplorrhini), y el uso de los dientes como indicadores de la ecología primate. Diversos conceptos básicos de antropología evolutiva referidos al aumento del tamaño cerebral, a la longevidad, a la prolongación del período de desarrollo infantil y algunas notas sobre los comportamientos complejos en los primates concluyen este apartado.
La reconstrucción de la filogenia humana se aborda en el séptimo capítulo, que se inicia con una serie de conceptos útiles para la comprensión del lector procedentes de la taxonomía y sistemática (ancestro común, apomorfias, plesiomorfias, grupos monofiléticos, etc.), para pasar a continuación al estudio de la evolución de los homininos, explicada de manera didáctica y con una base científica (características esqueléticas craneales y postcraneales, aspectos geográficos y climáticos, uso de herramientas, etc.), para lo cual el autor ha considerado cuatro grandes apartados: i) los homininos tempranos (entre 7 y 4 millones de años), donde se analizan los géneros más emblemáticos conocidos hasta el momento (Sahelantropus, Orrorin, Ardipithecus) mediante datos sobre su locomoción, alimentación, etc.; ii) el registro fósil de los homininos después del Ardipithecus, con una descripción anatómico-funcional de las distintas especies de los géneros Australopithecus y Paranthropus, su distribución geográfica, la ocupación de nuevos nichos alimentarios, sus relaciones filogenéticas y la posibilidad del uso de herramientas en algunos de estos especímenes; iii) el origen del género Homo, una vez extinguidos hace unos 2,5 millones de años la mayor parte de los “australopitecinos”, aparición posiblemente asociada a importantes cambios climáticos durante el Pleistoceno inferior; sus formas iniciales (H. habilis/H. rudolfensis), el surgimiento de H. ergaster/H. erectus y otras formas de Homo, destacando la salida y dispersión de este género a partir del continente africano, y la implicación de las distintas migraciones desde África en la evolución de nuestra especie (expansión de los cazadores-recolectores a largas distancias); iv) la aparición del Homo sapiens moderno, posiblemente a partir de las formas arcaicas del Pleistoceno medio, en las que se discuten los posibles lugares geográficos y la temporalidad de la aparición de las distintas especies antecesoras de H. sapiens, y donde el autor elabora un posible árbol filogenético humano de gran interés, ya que considera a diversas formas de sapiens designadas con distintos nombres específicos como una sola especie en sentido reproductivo (H. heidelbergensis, H. neanderthalensis, los “denisovanos” y H. sapiens).
Los capítulos finales del libro se dedican al crecimiento y desarrollo humano (capítulo octavo), a la Antropología de la nutrición (noveno) y a la Ecología humana -interacciones con el medio ambiente (décimo). En el primero de ellos el autor aborda con una visión bioantropológica (relación entre factores propios del medio humano y el desarrollo ontogénico) los diversos aspectos del crecimiento y desarrollo humano, los diferentes diseños de los estudios auxológicos y la obtención de las curvas del crecimiento estatural; se describen las diversas etapas del crecimiento postnatal humano, así como los efectos de los factores genéticos y ambientales sobre los distintos procesos y su regulación hormonal. Apartados de especial interés son el que se refiere al crecimiento del cuerpo humano en sentido ecológico/adaptativo (por ejemplo en condiciones de hipoxia de altitud), y el que se ocupa de la maduración biológica con especial referencia a la pubertad tanto femenina como masculina. Es muy interesante la diferencia que hace el autor entre la antropología de la alimentación y de la nutrición (capítulo noveno) y la importancia de los macro y micronutrientes (ampliamente descritos en cuanto a su funcionalidad) en la homeostasis corporal. Asimismo, los apartados referidos a las adaptaciones humanas en términos de hábitos alimentarios (esqueléticas y al consumo de leche), junto con unas pinceladas metodológicas sobre la evaluación del estado nutricional y el análisis de la composición corporal, concluyen este capítulo en el que el autor evidencia con claros ejemplos la interacción entre la biología y la cultura tan característica de nuestra especie. El último capítulo de este libro supone todo un reto y una reflexión para los lectores, ya que se intenta abarcar, de forma somera, un campo (o ciencia) que aún está en construcción, el de la ecología humana que en palabras del autor “se sitúa en la interacción entre las ciencias sociales y las biológicas”, para lo cual hay que profundizar en el estudio y en el propio concepto de ecosistema humano. En este sentido se tratan aspectos tales como adaptación y ajuste biológico, la regulación cultural del ecosistema, o la ecología de la reproducción y de la enfermedad, entre otros.
En definitiva, aunque con capítulos limitados en cuanto a su número, puesto que el autor no pretende abordar todos los campos de la antropología biológica, esta reciente obra escrita en español aporta muchas novedades, aclara algunos conceptos de uso frecuente entre los bioantropólogos y ofrece una visión muy didáctica de algunas partes de la disciplina para todos aquellos que quieran iniciarse en el conocimiento de la variabilidad humana.
Prof. Dr. Esther M. Rebato
Catedrática de Antropología Física
Departamento de Genética, Antropología Física y Fisiología Animal
Facultad de Ciencia y Tecnología
Universidad del País Vasco (UPV/EHU)